El viticultor José Pariente imaginó ese futuro en la viticultura artesanal en la década de 1960. Tierra, excelencia y pasión por el vino y la uva Verdejo le despertaban cada mañana para seguir luchando por un sueño. Trabajó durante años para que sus acciones marcasen el camino de lo que hoy es nuestra filosofía: calidad, compromiso, sostenibilidad y vanguardia.